30.3.09

Cerca.






Fue como abrir la puerta de la habitación de ese niño fallecido.

Entrar y contemplar su cama, esa ventana que nunca más volvió a ser abierta. Mirar los soldaditos de plomo sobre la cómoda, la pelota en un rincón, su camiseta de fútbol bajo la cama.

Mirar como el polvo yace sobre todos los muebles. Se acumuló durante tanto tiempo.

Se acumuló así como la pena de ya no tenerte más cerca. De no mirarte crecer, abrir los ojos, caminar, sonreír.

De ver como la vida te arrebató de mi lado.

¿Fui tan cobarde que tuve tus respiros en mis brazos y no te ví?. Fui tan cobarde que no quise golpear esa puerta y entrar. Fui tan cobarde que teniendo la llave no me arrastre hasta tu almohada buscando tu aroma inocente. Fui tan cobarde que tuve miedo de verme más sólo por buscarte desesperadamente, encontrarte y que me dieras la espalda.

Tuve tus recuerdos encerrados bajo siete llaves, y no corrí a golpear la puerta y arrancarla. Me quedé sentado por años frente al umbral de esa puerta grisácea.

Hoy entré y te busqué. Te lloré como cada día y cada noche. Contemplé tus soldaditos nuevamente, recogí tu camiseta y me arrojé a tu cama, abracé tu almohada y me envolví en tus frazadas. Respiro hondo y aún siento el aroma de tu pelo.

Lloré por horas. Muchas horas.

Luego, miré hacia el espejo...y ahí estabas. Me estabas mirando, me movías una manito y me decías ...




Aquí estoy.




Saludos.




Ps: Alguien cacho algo?