El Asalto
Bencinera, comuna de Maipú, 12 de la noche, día lluvioso, poca gente en las calles, pocos autos en las avenidas, Paulsen entrevista a algún político acusado de falta de probidad en su “estelar”, el personaje común y silvestre duerme, para comenzar un nuevo día a eso de las 6 de la mañana.
-¡Manos arriba!- dijo con fuerza el encapuchado.
- Hola, ¿como estás?- respondió sonriendo la cajera.
-¡Manos arriba dije!- dijo ahora, ¡con más fuerza!
- Que bueno, yo aquí un poco cansada, no ha entrado nadie, eres el primero en entrar. ¿Quieres un café para el frío?.
Nervioso, el pistolero miraba desconcertado para todos lados, arriba, a la derecha, una cámara de vigilancia, detrás, otra cámara, ambas rotas, y a lo lejos, una patrulla policial se acercaba.
- Bueno, gracias, estoy cansado, ¡ha estado mala la cosa!- dijo, bajando el arma, y acercándose a la barra.
La mujer, toma un vaso, extrae el café de la máquina, saca un pastel y se lo lleva al asaltante, quien extrañado la mira.
- Gracias- bebe un poco de líquido, mira a la mujer y le pregunta- ¿Como te llamas?.
- Rocío, mis papás dicen que es un nombre muy bello, o decían, murieron los dos junto a mis dos hermanos el año pasado en un accidente, cuando viajaban al funeral de mi marido. Ahora solo me llama por mi nombre mi pequeña hija que tiene una deficiencia mental, ceguera y problemas en su columna vertebral.- dijo con un dejo de tristeza.
El asaltante, bajo la cabeza, cerro los ojos e imagino el dolor de la mujer, quien sola debía enfrentar el difícil mundo de estos días junto a una pequeña. “Habrán otras bencineras donde rescatar algo”, pensó, mientras la muchacha con un paño limpiaba grandes manchas que habían sobre la caja.
Luego de beber el café y comer su pastel, el hombre se puso de pie, se acercó al mesón, la joven salió de aquel lugar a su encuentro.
- Disculpa, en realidad, nunca debí haber pasado por aquí, soy un tonto, perdóname en verdad.- arrepentido, el hombre estrechó la mano de la muchacha, quien lo miró, y estrechó fuerte su mano.
- No hay problema, pasa cuando quieras, que te vaya bien, ¡un gusto!- se despiden, el hombre sale por la puerta.La mujer lo siguió con la mirada, cuando el hombre ya desaparecía, corrió hacia el mesón, tomo un bolso, corrió hacia un costado el cuerpo del administrador, guardo su revolver, se cambió de ropa, marca el celular.
- Listo, como un millón mi amor, ¡apúrate!, antes de que lleguen los pacos.
12:50, Paulsen, establece un contacto en directo, un brutal asalto en una Bencinera Maipucina, el administrador, y el cajero muertos, dos tiros cada uno, un millón de pesos en efectivo el botín, una mujer fué vista acercarse y alejarse del lugar.
Ps: A veces, a uno se le ocurren tonterillas...espero que lo hayan disfrutado, y espero sus libres comentarios, acerca de lo que sea...
Saludos!* a todos...y...