25.5.08

94 y 23.







Y nada. Y bueno.


Qué la gente con la edad se va poniendo fea, más chica y mañosa. Qué se ponen sentimentales. Que recuerdan tiempos de gloria y tratan de ahogar en tardes eternas y melancólicas los momentos rabiosos, tiempos ingratos y dolorosos.


¿Y que haces con 23?. Se abre el mundo, y no conoces nada de él. Se abre el juego y apenas viste como otros jugaban. Y generalmente jugaban mal, y perdían...y se iban a casa sin un mango.


El tiempo me ha absorvido de manera brutal. Responsabilidades que hubiese preferido patear 10 años. Pero llegaron. La gente dice que soy afortunado, no lo sé...no sé que tanto. Es que de verdad, preferiría seguir siendo ese pendejo sin responsabilidades, correr libre, jugar con los primos, ir a la playa por las tardes, buscar a los animales...y luego escuchar a la vieja contar historias, mate en mano y junto a un brasero.



Cuanto me gustaba oírla, contar historias familiares, de todos los tipos; anécdotas del pueblo, como la del señor que era tan gordo, que al momento de enterrarlo no hubo manera de meterlo al cajón.


O la del tío que asustaba a sus hijos, a quienes supuestamente si se seguían portando mal, se les aparecería un temible ser, mitad hombre mitad oveja, y se los llevaría consigo. Un día, estos enanos se portaron tan mal, que no encontró nada mejor que mandarlos a buscar algo al Pajar...cerro arriba...los esperó, se colocó encima unas pieles de oveja, y los salió correteando. Se portaron como angelitos durante un tiempo.Jajaja...claro, a los años estos niños, ya de grandes, supieron la verdad.


Las historias de pájaros extraños que compañaban a familiares, de tesoros perdidos o escondidos por piratas en la bahía, o de mi viejo cuando chico, quien decía que se había quebrado una pierna, para que las hermanas lo llevaran a caballo cerro abajo. Jajaja...


Los 24 de Junio, eran todo un ritual. Se contaban una y otra vez experiencias con las papas bajo la cama, el espejo, el lavatorio y las velas...del tìo que en ellas vió la muerte del puerto de Matanzas;de la higuera, la guitarra y las 12 de la noche...en fin.


Hoy la Mamá tiene como 94 años. Hace meses que no la veía. Me manejo al filo...la podría perder en cualquier minuto, y el muy tarado acá..ocupándose de esta vida de responsabilidades y futuro...de esta vida de trabajo y títulos...


Cada vez que mi viejo la va a ver, pregunta por mì y llora, le manda besos y abrazos...10 millones de oraciones y bendiciones...a pesar de no verme, de tener 94 años, 5 hijos, 13 nietos, 9 bisnietos...se acuerda de mí...con esa lucidez que pareciése eterna,pero que de a poco se apaga.


Hoy la ví, me miró y sonrió. Me reconoció de inmediato, la besé, y una lagrima corrió por su carita, sus manos arrugadas tomaron las mías, y la volví a sentir, como hace tanto tiempo. Recordé al Tata Juan, que cada tarde iba a buscar a los animales al cerro, al atardecer, y luego del té para que no le diera "aire", prendía un cigarrillo.






Saludos!

PS: Perdónen la demora.

1 comentario:

Sol_evelita dijo...

Que bellas palabras, que bellos recuerdos, que bellos momentos... momentos que quedarán en tu mente y en tu corazón para siempre.
Tu que tienes a ese ser tan bello a tu lado disfrutalo porque es triste tener una ganas inmensas de ver a esas personitas que tantas alegrias y amor nos dan... y no poder hacerlo es triste.
Aprovecha ahora y no dejes pasar esos momentos especiales que te da la vida... porque yo ya no los tengo y los extraño demasiado...