Un Domingo más.


Dicen que los domingos son especiales.

Y sí. Pero en mi caso al menos, encontré la palabra que expresa ese "no se qué".

Y es melancólico.

Claro, no hay día domingo en que pueda estar lejos de casa(trato de no hacerlo). Y es básicamente porque por las tardes la nostalgia me inunda. Ya sea un día bello, con rayos tibios y temperatura agradable, o bien un día frío y gris.

En primer lugar tengo en mis recuerdos los atardeceres en la costaa, cuando había que emprender el viaje de regreso. De fin de vacaciones. Luego de meses disfrutando y estando con los tuyos, era hora de volver a esta sucia ciudad y dejar atrás los bosques, las olas, los juegos sobre los árboles, etc. Sinónimo de despedida.

Ahora, un poco más "crecidito", sigo sintiendo aquella nostalgia.

Ayer sábado, tuve un d ía agotador. En la madrugada, con mi "Pichi"(gran amigo) compartimos una botella de vino, escuchamos Trus'me, Jazzanova, Air, José James, etc. A eso de las 4 ya estaba en casa dispuesto a descansar.

A las 9 ya estaba en pie. A las 12 un picado de fútbol y a las 14 en mi casa se reunió TODA la familia paterna. Cuando digo TODA, no es toda. No hablo de 15 personas. Hablo de 50 pelotudos con ganas de comer, tomar, conversar, reír y pasarlo bien. Claro, es en mi casa.

¡¡¡EN MÍ CASA!!!. Pequeño detalle. Y como toda fiesta familiar en tu casa, no tuve como sacarlos hasta como las 21. Uf. Que manera de comer. Y tomar los desgraciados.

Parecían condenados a muerte.

A las 21:05...tomé a Polito y nos dirigimos al otro extremo de la ciudad. Visita a una pareja de amigos, con los cuales compartimos unos chorizos, y unos tragos.

La velada estuvo divertida, conversada y polémica. Como en todo buen carrete...no faltó el ebrio(esta vez...no fuí yo).

La cosa, es que tomé mi auto, y me dispuse a cruzar la ciudad de vuelta, a eso de las 6 y 15 del domingo(hoy). Al tomar camino, me inundo aquella sensación de la que les hable. Nostalgia.

A qué o de qué...ni idea. La cosa es que cuando sientes aquello, da lo mismo lo bien que lo puedas haber pasado y todo tiene un matiz diferente.

Y claro, entre recuerdo y recuerdo, en más de alguna esquina, me tocó ver a algún caballero mayor de edad, con una parquita(abrigo) y una mochila, esperando locomoción para ir a trabajar. Más caballeros en bicicletas, intentando protegerse del frío brutal que golpea a la capital en días de inverno.

En un semáforo, una micro dobla y en ella unas cinco personas con gorros de lana y guantes.

Y yo, recién de vuelta a casa, luego de dos noches y un día de divertimento. Que pena. Que pena esa gente. Que pena sus vidas. Que pena no poder hacer nada. Que pena no poder echarlos a todos sobre el auto y llevarlos a sus destinos para que no pasen frío. Que pena no tener más energía para intentar hacer algo. Que pena no ser un instrumento de cambio. Que se yo.

Que pena estar lejos de los míos. Que pena su lejanía, que pena no saber nada. Que pena no oír ni ver.

El domingo es terriblemente triste. La gente anda con cara de tristeza por las calles.

¿No te provocan nada los domingos?. ¿Las tardes de domingo?.

¿Será que es un problema única y exclusivamente mío?

¿Será que estaba borracho?



Saludos

Ps: A la derecha hay un mapita. Siempre me notifican que me leen de varias partes, o revisan la página de varios lados(Argentina, Colombia, España, Canada, etc.)

¡¡¿Porqué no saludan?!!}

Bueno, saludo también a los lectores anónimos.